CAPITULO
1
Hace un
tiempo muy atrás, recordando esa fantástica época de niño y de tantas aventuras
inolvidables, llego al recuerdo de algo que va marcar toda mi vida, de una
manera muy positiva, se preguntaran a que me voy a referir, a medida que
vaya desarrollando mi texto llegaran a la idea central; lo cual me llena de
mucha felicidad hablar de este ciclo
tan especial.
Todo comienza,
cuando me encontraba realizando mis primeros estudios, mas o menos con una edad
de 6 a 8 años en el Quinder en mi
institución llamada San Valentinos, tenía dos profesoras muy queridas, la
profesora Aurelia Piamba y Luz Alba. A estas personas les debo mucho porque me
integraron una de las bases más
fundamentales del cómo saber leer, realizando una labor bastante complicada y a
la vez bonita. Iba a ser una parte complicada, ya que era manejar un grupito de
niños(as) muy traviesos, lo cual ocasionaría un proceso más lento de la clase,
pero no imposible para este par de profesoras entregadas a su trabajo;
retomando lo de traviesos en eso tenía mucho que ver, pues era el más travieso
de mis compañeritos, a pesar de tener toda esa locura de niño, me caracterizaba
por ser muy pilo en la clase.
Pero la
historia es bonita, porque mis
profesoras tenían el don, ese amor a lo que hacen, una gran preparación
académica e intelectual que favorecía nuestro aprendizaje de la manera más
fácil y rápida posible; iniciamos con las famosa vocales, que en ese tiempo se iba convirtiendo en un lío para cada uno de nosotros, sin embargo contábamos con material
muy importante como la cartilla de coquito, la cartilla de nacho lee, entro
otras y las dinámicas constructivas, lo que facilitaba nuestra manera de
entender, aprender, y saber vocalizar de
la mejor manera cada vocal.
La forma de
cómo aprendí a leer, no solo fue la labor por parte de mis docentes que la
cumplieron a cabalidad, sino también influyó mucho la dedicación por parte de
mi madre y mi tía (es como mi segunda madre). Recuerdo una de tantos lecciones
por mi madre cuando se sentaba conmigo a realizar planas o tareas que me
dejaban clase, también me preparaba una deliciosa sopa de letras y cada
cucharada me preguntaba que letra me iba a comer, en las noches me colocaba a
escuchar las rondas infantiles de las vocales entre otras cosas, aunque todo no
era de mil maravillas, algunas veces me reprendía (de las cuales no quiero
recordar), todo pasaba por ser tan inquieto y no realizar mis trabajos.
Por parte de
mi tía, ella me gastaba un kínder sorpresa, porque era uno de mis chocolates
favoritos (Era la formas más fácil de comprarme, mi punto débil), siempre y
cuando le dijera las vocales de manera correcta con su respectiva escritura.
Aunque no contaban con la misma preparación de mis profesoras, lo hacían
de la mejor manera, que se convirtió en un completo con la parte académica para
que así cumpliera el objetivo del saber leer.
El texto cumple con el objetivo de describir el proceso de aprendizaje de leer dejando en claro cómo fue ese momento; sin embargo, considero que debes hacer corrección de algunas palabras, frases y comas (,):
ResponderEliminarPrimer párrafo.
Queda un poco trocado teniendo en cuenta como comenzaste, esa frase "voy a enfatizarme sobre..." a consideración mía quedaría un poco mejor así: ..aventuras inolvidables, llego al recuerdo de algo que va a ....
Ese "pues a medida..." se podría reemplazar por un: sin embargo, a medida...
Segundo párrafo.
Comenzaría el párrafo con un “todo comienza…”. Le añadiría una coma a “dos profesoras muy queridas, la profesora…
Tercer párrafo.
Quitar la coma en intelectual.
Último párrafo.
En la frase “… pero lo hacían de la mejor manera” quitar el “pero”.
Muy dinámica la forma en como aprendiste a leer.